Me hubiera gustado que me pasara

Había una vez dos amigas inseparables, se llamaban Eva y Olga, jugaron, estudiaron y vivieron muchas trastadas juntas. Vivían en la misma finca y por el deslunado se comunicaban las casas, cuando una estudiaba por la noche se asomaba y veía si todavía había luz en casa de la compañera, hacían competiciones para ver quién estudiaba más por la noche...

Mientras estuvieron juntas compartieron además de estudios hobbies, a Eva le gustaba tanto el punto de cruz que no paraba de hablarle a su amiga de esta afición, me refiero siendo muy niñas, unos once años...

Al final Olga terminó haciendo cuadros y juntas se ayudaban la una a la otra.

Al cabo de unos años Olga se fue a pasar un verano a su pueblo de la provincia de Teruel, a casa de su abuela y subió un día a la cámara, descubrió un arconcito y encontró una joya muy preciada...

Dos cuadros bordados a punto de cruz, uno de su abuela y otro de su tatarabuela, dos maravillosas joyas que además de bonitas, eran pertenecientes a su pasado. Más adelante descubrieron otro más mucho más antiguo , se trataba de una virgen bordada sobre cartón troquelado

Aquí muestro esas fotos

La foto no permite ver bien el cuadro pero está firmado por la autora, Cándida.

Detalle del cuadro, se puede observar lo fina que es la tela porque se transparenta las puntadas del revés.

Cuadro bordado sobre cartón troquelado, se observa que cuando el cartón se rompía se zurcía con hilo.

fechado en el siglo XIX,

Dedicado a mi mejor amiga, Olga.

Si vivieras más cerca te aseguro que al final volverías a las labores.

Muchos besos y gracias por las fotos.

Dile a tu madre que me incluya en la herencia de los cuadros...